Resumen: Los dioses mexicas recibían distintos nombres que oscilaban entre cuatro y
treinta, varios de éstos podían ser compartidos por distintas deidades. El artículo lleva a
cabo una interpretación pragmática de estas apelaciones en su contexto, tomando como
ejemplo los treinta nombres de Tezcatlipoca y la terminología de parentesco aplicada a
las deidades. Muestra que, al contrario de lo que piensa la mayoría de los investigadores,
el hecho de que dos dioses compartan la misma apelación no significa que tengan una
identidad cercana, ya que los nombres de los dioses son polisémicos. Propone que el sistema
de nominación de los dioses obedece a dos principios organizadores: la serie de actividades
que define la función y la serie de funciones que define la identidad del dios.
Palabras clave: nombres, dioses, mexicas, Tezcatlipoca, parentesco
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